El
Secreto del Cáliz Sagrado
Con su permiso señor Il:.Q:.H:. Alcoseri.
La encarnación del Egregor Luminoso Luz en un cuerpo y
proyectado en la sangre de un humano era el descenso del espíritu egrégorico
Divino al Cáliz material, la configuración que se convirtió en el símbolo
oculto del Santo Grial vino a guiar la consciencia del ego de solo algunos
iniciados Templarios masones, y después proyectado a todas las personas
iniciadas en diferentes ritos, más allá de las lealtades limitadas y llenas de
prejuicios de familia, tribu y raza, existe un lazo invisible pero poderoso que
une a todos los iniciados del planeta, sean o no masones. Pero a fin de
transformar el egoísmo humano y traer la Gran Luz a todos los hombres, era
necesario cambiar la naturaleza de la sangre, porque la sangre es el cáliz de
la identidad tribal y racial. Y la Luz sólo podía cumplir su misión a través de
la espiritualización de los elementos, a fin de que se convirtieran en el
espíritu de la tierra.
De hecho, Cristo el Tekton albañil y carpintero dijo a Pedro
cuyo nombre Cefas significa piedra que sobre esta piedra (la tierra)
construiría su Iglesia de Iniciados en los misterios cristicos. Moisés, que
libró a los judíos de la cautividad y esclavitud en Egipto, había sido el
primero en percibir el reflejo del Cristo cuando descendía, y el Señor se le
apareció indirectamente en forma de truenos, relámpagos y el «arbusto
ardiente». El gradual proceso de sacrificio de la penetración y la
espiritualización de los elementos continuó a lo largo de toda la vida de
Cristo en la tierra. Una etapa posterior de este poderoso e invisible proceso
que culminaría en la Orden Masónica, en el que el espíritu del sol se unía con
los reinos de la naturaleza, se produjo en la Última Cena- la Cena Mística de
los Masones Rosacruces, cuando Cristo dio a sus discípulos los sacramentos del
pan y el vino y les dijo: «Tomad y comed; éste es mi cuerpo. Tomad y bebed; ésta
es mi sangre». El último acto, a través del cual el Cristo Jesús divinohumano
pasó a la encarnación en el cuerpo de nuestro planeta, tuvo lugar en el
derramamiento de la Sangre Sagrada en el Gólgota, cuando el centurión romano
traspasó el costado de Cristo con una Lanza. La muerte en la cruz y la
resurrección eran el cumplimiento público de la antigua forma de iniciación en
la arena de la historia mundial; el secreto ritual de la iniciación se
transfería al plano visible del proceso histórico.
La derrota del Mal en la cruz salvaron a la vida terrenal del
hombre del abismo, y la pusieron sobre un camino diario de vuelta a los mundos
espirituales y su conexión con el mundo iniciático; un acto de amor infinito
que garantizaba la recuperación gradual del Yo eterno y el cumplimiento de un
destino espiritual para toda la congregación Iniciada en los Misterios
Augustos. El Dios del Amor se había sacrificado al nivel del alma humana, a fin
de que ésta pudiera convertirse en el cáliz viviente del espíritu individual
humano: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Los avíos que se utilizaron
en este singular y poderoso ritual del Gólgota se convirtieron en los
relicarios más preciados de la Edad Media. Sin embargo, la devoción religiosa
con los que han sido conservados estos relicarios no era la consecuencia de
falsos sentimientos ni de materialismo inoportuno. Se consideraba que los
diversos artículos y vestimentas que se utilizaban en los rituales antiguos de
iniciación habían sido «cargados» con poderes espirituales, y que eran
talismanes de alta magia. Por esta misma razón, aunque en un sentido mucho más
sagrado, la Lanza, los Clavos, la Copa, la Corona de Espinas, la Túnica, el
Sudario, entre otras cosas, se tenían en tal alta estima. Cada relicario fue asociado
a poderes únicos. La cruz era objeto de reverencia por sus poderes para
ahuyentar el mal. La Corona de Espinas evocaba la más profunda humildad en
todos aquellos que la contemplaban. La Túnica devolvía la salud y la vida a los
enfermos e inspiraba la visión espiritual de la vida de Cristo a aquellos que
seguían el camino contemplativo de la vida monástica.
El Cáliz de Jaspe del cual el Ser Cristo dio los sacramentos del
pan y del vino, y en el que José de Arimatea recogió un poco de Sangre Sagrada,
recibió el nombre de Cáliz Sagrado; simbolizaba un camino cristiano hacia la
muerte del egoísmo y la resurrección del espíritu en Cristo. Y de la misma
manera, la Lanza de Longinos cobraría una importancia única para la evolución
de la conciencia. Cuando empezó la evolución de la Tierra, el ego humano estaba
conectado físicamente con la sangre. La sangre es la manifestación extrema del
ego humano. Los hombres habrían fortalecido más y más el Yo, y si Cristo no
hubiese aparecido, habrían estado totalmente encerrados en el desarrollo
imparable del egoísmo. Quedaron protegidos de ello mediante el acontecimiento
del Gólgota. ¿Qué era aquello que tenía que fluir? ¡La sangre que es la
sustancia del ego! El proceso iniciado en el Monte de los Olivos cuando las gotas
de sudor cayeron del Salvador como si de sangre se tratara, continuó cuando la
sangre salió de las heridas de Cristo en el Gólgota. La sangre que fluía de la
cruz era la señal del enorme egoísmo inherente a la naturaleza del hombre,
egoísmo que debía ser sacrificado. El significado espiritual del sacrificio del
Gólgota requiere un estudio amplio y profundo. La consecuencia de lo que allí
sucedió puede no ser obvia para un químico, es decir, para alguien que sólo
tenga el poder de la percepción intelectual. Si la sangre que corrió en el
Gólgota hubiera sido analizada químicamente, se habría descubierto que contenía
las mismas sustancias que la sangre de cualquier otro ser humano; pero la
investigación ocultista revelaría que era una sangre bien diferente. A través
de la sangre de la humanidad los hombres se habrían visto encerrados en el
egoísmo si el Amor Infinito no hubiera permitido que esta sangre fluyera.
Como revela la investigación ocultista, el Amor está mezclado
con la sangre que corrió en el Gólgota. El autor del Evangelio según san Lucas
cumplió su objetivo, que era describir cómo, a través de Cristo, el Amor
Infinito había llegado al mundo para eliminar gradualmente el egoísmo. El Cáliz
de Jaspe estaba dentro de un enorme cáliz de plata, que según se cree, el
misterioso personaje Melchizedec (Melquisedec) había entregado a Abraham, el
fundador de la raza judía. Más tarde pasó a manos de José de Arimatea. La
Última Cena se celebró en la habitación superior de su casa. proceso histórico;
un significado que moldeó la creencia en sus poderes para inspirar un destino
histórico en el mundo. Ya hemos descrito en el prólogo de este libro que el
centurión Gayo Casio, representante de Poncio Pilato en la crucifixión,
protegió el cuerpo de Cristo de la mutilación de la que iba a ser objeto por
parte de los soldados de los fariseos. Y que cuando atravesó el costado de
Cristo con la Lanza para demostrar que ya había muerto, también cumplió la
profecía de Isaías: «No se le quebrará hueso alguno» y la profecía de Ezequiel:
«Contemplarán al que han traspasado». Sin embargo, el acto de Longino tenía una
importancia aún mayor. Y a fin de entender todas las implicaciones de su acto
en el Gólgota, debemos considerar lo que sucedió en realidad en el momento en
que clavó la Lanza en el costado derecho de Cristo, entre la cuarta y la quinta
costilla, y le atravesó el cuerpo87. La sangre que goteó desde la herida a la
tierra fue el vehículo a través del que el espíritu del sol pasó a la
encarnación dentro del cuerpo de la propia tierra.
El acto de Longinos produjo el nacimiento del Cristo cósmico
como el Espíritu de la Tierra. La esencia espiritual de la Sangre Sagrada cayó
a la tierra desde esta herida en forma de elemento traza sagrado, una especie
de bálsamo homeopático, a través del cual el ego macrocósmico del Ser Cristo
podría reavivar la esfera astral y permeabilizar el reino etéreo del organismo
de la tierra. La Luz de Cristo que cegó el ojo espiritual de san Pablo en el
camino hacia Damasco, era la nueva aura de éter y sol de la tierra, la primera
que brillaba sobre la tierra con la promesa de reanimar la existencia moribunda
de la tierra y reintegrarla en el dominio solar del macrocosmos. Si Longinos no
hubiera sido inspirado por el espíritu del tiempo para clavar la Lanza en el
costado del Salvador en este momento, la sangre sagrada nunca habría fluido
hacia la tierra. Según el Evangelio según san Juan, el gran milagro fue que la
sangre fluyó de un cuerpo sin vida: «Pero uno de los soldados clavó su Lanza en
el costado, y de inmediato salió sangre y agua. Y él que lo vio lo escribió, y
sus escritos son ciertos: y él sabe que dice la verdad, para que lo creáis».
Longinos realizó la acción correcta del modo más adecuado, en el
lugar exacto y en el momento decisivo. Y en este momento, todo el futuro de la
evolución de la tierra y la humanidad quedaba en sus manos. Y así nació una
leyenda en torno a la Lanza de Longinos, que dice que todo aquel que la
poseyera tendría el destino del mundo en sus manos. Porque todo aquel que la
poseyó a lo largo de los siglos de la historia del Cristianismo, podía labrarse
un destino en la historia del mundo si perseguía las metas correctas del
espíritu del tiempo del modo adecuado, de acuerdo con las tareas específicas
que debían llevarse a cabo en la época, dentro de la evolución de la
consciencia humana. O podía convertirse en el cáliz del antiespíritu del tiempo
y obstruir y tergiversar estas metas, a fin de llevar a la humanidad a la
adoración de falsos dioses o al abismo del materialismo.
La Lanza de Fineas, símbolo durante todo el Antiguo Testamento de los poderes
únicos de la sangre de la raza judía, también jugó un papel decisivo en el
sacrificio de la crucifixión. Con ayuda de esta espada se introdujo la esponja
impregnada en vinagre en la boca del Cristo moribundo, un símbolo de que la
sangre judía se había convertido en bilis y ya no tendría importancia en la
evolución de la humanidad, ya que había sido reemplazada por la sangre de la
Nueva Alianza para toda la humanidad. Porque éste es en verdad el principio
contenido en la 87 Según la mitología del Antiguo Testamento, el cuerpo de la
mujer había sido creado a partir de la quinta costilla del hombre. En el
desarrollo del embrión humano, los órganos sexuales no cobran forma hasta la
formación de la cuarta costilla y antes de la quinta costilla. Este simbolismo
también se cumplió en la crucifixión, ya que la sangre que fluyó de la herida
producida por la Lanza surgió entre la cuarta y la quinta costilla, como una
señal de que Cristo trascendía la división de sexos evolución de la consciencia
humana: que lo que una vez fue el mayor vehículo del bien se convierte en un
vehículo de la tragedia y del mal cuando se agota y rebasa su límite temporal.
El mantenimiento de las costumbres tribales y un riguroso
prejuicio racial a la vista de un nuevo impulso universal que pretendía abarcar
a toda la humanidad, sólo podía traer a la raza judía el sufrimiento más
terrible que un pueblo pueda experimentar en la tierra. Se incorporó su concepción
del Cristianismo cósmico en las formas arquitectónicas. El interior del
edificio de dos cúpulas era una obra maestra del trabajo arquitectónico. Los
dinámicos métodos de escultura y labrado integraban cada uno de los aspectos de
la obra en el tema central del Apocalipsis. Los enormes pilares labrados en
sucesión ilustraban la concepción sobre la ley de la metamorfosis a través de
los siete sellos de la revelación. Fraternalmente Vicente Alcoseri
(Artículo de Alcoseri).
No hay comentarios:
Publicar un comentario