Universo

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domingo, 23 de septiembre de 2018

FREEMASONRY AND EXTRATERRESTRIAL SCIENCE






LA HERMANDAD BLANCA DE LAS ESTRELLAS 

Muchos de los grandes movimientos iniciáticos, religiosos o espiritualistas, antiguos y contemporáneos, han tenido dentro de sus filas a personas que han influenciado o teñido a sus respectivos movimientos, o a pequeños y secretos grupos inmediatos dentro de ellos, con una clara conciencia de la participación o contacto de vida extraterrestre en los asuntos espirituales de nuestro planeta. 
     En Muchos casos han afirmado estar en contacto con estos extraños seres desconocidos, Superiores Desconocidos, los cuales han transmitido informaciones valiosas, fragmentos de una sabiduría y de una ética que se adapta al país, la raza, la época y las regiones sociales de quienes los reciben. Dentro de estos movimientos o grupos espirituales se encuentra, a través de los siglos, entre otros, la Francmasonería. 
         El historiador de la francmasonería, George Oliver, escribió en 1823: “La antigua tradición masónica –y tengo mis buenas razones para ser de esta opinión- dice que nuestra ciencia secreta existía ya antes de la creación de este globo y que había sido ampliamente divulgada a través de otros sistemas solares”. 
        No conocemos en detalle cuáles eran las “buenas razones” de Oliver para ser de esta opinión, pero entendemos que hay muchas personas  a quienes se les hace difícil aceptar esta idea. Se deduce de la cita la existencia de antiquísimas civilizaciones en otros planetas o sistemas solares que habrían existido antes de nuestro mundo, poseedores de un saber excepcional. 
      Jacques Bergier opina que esta observación de Oliver, hecha en el siglo XIX, influyó en Leo Taxil, quien, a su vez lo hizo en el escritor Howard Phillips Lovecraft  (1). Éste, atraído por el tema, lo desarrollaría en algunas de sus narraciones cosmogónicas, revestido de los extraños y terroríficos escenarios propios de su visión particular; por ejemplo, en su notable relato “En la noche de los tiempos”, escrito en 1934  (2). 


UNA HOGUERA QUE ALUMBRA LEJOS 

Cuando se creía que la Tierra era el centro del universo, Giordano Bruno fue quemado vivo en Roma, en 1600, por la Inquisición, por plantear que la Tierra era sólo un planeta en un sistema solar entre otros sistemas y que seres vivientes habitaban esos mundos. Para Bruno, la existencia de otros planetas habitados era parte de la magia. Insistió en el papel que deben jugar las matemáticas en la magia. Imprudente, habló demasiado… ¿Pero qué es la magia? Para Clarke “toda tecnología suficientemente adelantada no puede distinguirse de la magia”. 
     Una de las “puntas visibles” más importantes, dentro de muchas otras que permanecen en el oculto silencio, de contactos extraterrestres con miembros de la francmasonería en los tiempos pasados, fue Emmanuel Swendenborg (1,688 – 1,772), famoso vidente de Suecia quien afirmó haber recibido visitas regulares de “ángeles”, de haber visitado remotos lugares del cielo mediante la proyección astral y haber hablado con seres espirituales de otros planetas, entre los que cabe mencionar los del planeta Mercurio y Marte (3). 
        Swendenborg fue un hombre interesado en casi todos los campos del conocimiento humano. Escribió 150 obras de 17 ciencias; hablaba fluidamente nueve idiomas.  Científico, ingeniero de minas, militar, astrónomo, físico, zoólogo, financiero, economista, músico, miembro del Parlamento, vidente, místico, aseguraba tener relaciones diarias con los espíritus, a los cuales describe dentro de sus 32 volúmenes religiosos titulados “Cielo e infierno”. Ahondando en el lenguaje simbólico de la Biblia, escribió doce volúmenes sobre el significado psicológico de dos libros de ésta, el Génesis y el Éxodo  (4).  Fundó el Rito Masónico que lleva su nombre. 


AQUEL CUERPO HECHO CON LUZ DE LAS ESTRELLAS 

Podemos observar que la proyección astral juega un papel importante en los contactos extraterrestres que Swendenborg manifestó haber tenido. Recordemos que el Cuerpo Astral es el doble o contraparte etérea de nuestro cuerpo físico, más sutil y distinto de la estructura orgánica con la cual coincide normalmente. La palabra “astral” proviene del griego “aster” que significa estrella. Los griegos entendían que el cuerpo astral estaba hecho de un material “como de estrellas” que rodeaba el alma. Cuerpo Sideral es otro de sus nombres, del latín “sidus”, que también quiere decir estrella. La razón de este nombre es que generalmente el cuerpo astral emite un destello luminoso y está hecho de un sutilísimo material que vibra a altísima frecuencia (5). 
         En relación a los viajes astrales que habría realizado Swedenborg a otros planetas, considero conveniente mencionar que C. W. Leadbeater, teósofo, masón grado 33º, notable clarividente, en un estudio detallado y clasificado de los habitantes del plano astral, manifiesta que, en dicho plano, además de los astrales de seres humanos encarnados (vivientes en el mundo físico) y de los desencarnados (muertos en el mundo físico), se encuentran, ocasionalmente, los Astrales de Extraterrestres, de “altísimos Adeptos procedentes de otros planetas de nuestro sistema solar” y de los “todavía más excelsos visitantes provenientes de lejanísimas distancias…”. Además, dice, circunstancialmente se pueden encontrar los astrales de “dos grandes evoluciones no humanas que actualmente comparten el uso del planeta terrestre y sobre los cuales está prohibido dar referencias”. También en el plano astral, señala, se encuentran el cuerpo astral de los animales (que permanecen muy poco tiempo en él) y los espíritus de la naturaleza: gnomos (tierra), ondinas (agua), sílfides (aire) y salamandras  (fuego). Para Leadbeater, los seres divinos llamados “Devas” por los hinduistas son equivalentes a los llamados “Ángeles” en Occidente, y sus huestes se incrementan mayormente de otras humanidades del sistema solar (6). 
        Por otro lado, observamos que San Pablo, al parecer, nos describe un viaje astral hacia otros planetas del cielo en el siguiente pasaje bíblico: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar” (II Corintios, Cap. 12, Vers. 2-4). EL RITO SOCRÁTICO, que inaugurara Juan de Toland en 1720, adoptó, al año siguiente, el sistema de Swendenborg. Esta masonería tuvo ocho grados, de los cuales, el último, Kadosch, era conferido, preferentemente, a aquellos propios de un estado de realización espiritual, que a los llamados “maestros en cábala” de carácter especulativo. EL RITO DE LOS ILUMINADOS, constituido también conforme con el Manual de Swedenborg, se dio a conocer en 1,745  (7). 
    Eliphas Levi (1810 – 1875) opina que la denominación “Iluminado”, que generalmente se da a los Adeptos, ha sido mal interpretado dándosele un sentido místico “como si significara hombres cuyas inteligencias creen haber sido iluminadas por un día milagroso”. “Iluminado significa –dice– simplemente conocedor y poseedor de luz, bien sea por el conocimiento del gran agente mágico o por la noción racional y ontológica de lo absoluto”. Dentro de este contexto, para él, la palabra “luz” es equivalente a “magnetismo”, pero prefiere la primera por ser más tradicional en ocultismo y porque expresa, en forma más completa, la naturaleza de este agente secreto. 


ANTIGUAS FORMAS DE COMUNICACIÓN: EL “TELEVISOR” ASTRAL DE LOS MAGOS Y LOS INCAS 

Eliphas Levi, comentando que los médiums tiptológicos, y aquellos que hacen hablar los espíritus con cartas alfabéticas, están muchos siglos retrasados en sus procedimientos, nos habla de la existencia de “un instrumento oracular cuyas palabras son siempre claras y seguras, por medio del cual uno puede comunicarse con los siete genios de los planetas” (8).   Para el propósito de comunicarse con estos seres de los planetas, dice que es suficiente con “comprender el sistema de analogía universal, tal como lo ha establecido Swendenborg en su Clave Jeroglífica de lo Arcano” (9). 
Esto pone en evidencia la existencia de técnicas para comunicarse con seres del exterior del mundo, elaboradas por Swendenborg y que habrían sido difundidas entre los iniciados que reunían las condiciones para estas operaciones. 
        Otro recurso o técnica antigua para supuestamente comunicarse con seres de otros planetas, lo constituyen los famosos “espejos negros” como el que usó John Dee (1527 – 1608) que también uso Swendenborg. El “espejo” le fue dado a John Dee por un ser rodeado de luz, el 25 de mayo de 1561, al que él llamó “ángel” para simplificar. Éste le dijo que mirando en el cristal vería otros mundos y podría establecer contacto con inteligencias distintas de las del hombre. Los extraños seres con los que Dee se comunicó hablaban una lengua desconocida que él aprendió y a la cual llamaba lengua “enoquiana” (de Enoc, que también se escribe Enoch, nombre de aquel personaje bíblico que fue llevado al cielo, como el profeta Elías; este último, transportado en un “carro de fuego”). La lengua enoquiana constituyó contemporáneamente la base de la doctrina secreta de la más dinámica de las sociedades secretas operativas de nuestro tiempo: “The Golden Dawn in Outer” (“El Alba Dorada del Exterior”) que en 1888 consagrara en Londres el Templo Isis Urano (10). Pero esta técnica de comunicación, la de los “espejos negros”, no es una exclusividad europea. Se usaba también en otros lugares del mundo. Lo que predomina en la época actual es el método de la escritura psicográfica o telepatía instrumentalizada. 
        En 1575 se publicó la “Relación de los Ritos y Fábulas de los Incas” de Cristóbal de Molina “el Cuzqueño”. Es decir, seis años antes de que John Dee tuviera su encuentro con el  misterioso ser rodeado de luz. Molina fue párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios en el Cuzco. Para recopilar sus informaciones sobre “las  idolatrías” de los Incas, hizo llamar a los más ancianos maestros y sacerdotes Incas que pudo, muchos de los cuales fueron contemporáneos de Huayna Cápac, conocedores de las tradiciones y ritos de su pueblo. Entre las historias que Molina escuchó de los labios indios y registró en su libro, está la historia de Inca Yupanqui: éste, mientras se dirigía a visitar a su padre Wiracocha Inca, que se encontraba en Sacsahuana, vio caer del cielo una “tabla de cristal” en una fuente llamada de Susurpuquio. En la tabla vio una figura humana que emitía rayos resplandecientes, la cual le llamó y le habló identificándose como su padre el Sol. Le dijo que él habría de conquistar muchas naciones, dándole, además, otras instrucciones. La imagen humana resplandeciente desapareció. El espejo, similar al cristal, quedó en manos del Inca, en el cual, después –dice la crónica de Molina el Cuzqueño- éste “veía todas las cosas que quería”. 
      Según Garcilazo de la Vega, los Incas, además del quechua que era la lengua general, oficial, que impusieron a todos los pueblos que conquistaban, “tuvieron otra lengua particular, que hablaban entre ellos, que no la entendían los demás indios ni les era lícito aprenderla, como lenguaje divino” (11). 
      Este otro “lenguaje divino”, exclusivo, secreto, de la jerarquía Inca, aparte del quechua, ¿era algún tipo de lengua “enoquiana”? No lo sabemos. Hacen falta estudios más profundos y minuciosos sobre las técnicas y procedimientos de magia usados por la más alta jerarquía del sacerdocio Inca, muy por encima de las formas mágicas de la población común y de las supersticiones del vulgo. Entendiendo correctamente, la magia es una vía de conocimiento diferente a las vías racionales y lógicas a las que estamos acostumbrados, y, por la cual, en tiempos antiguos, los hombres se acercaron a conocimientos profundos y trascendentales. Hoy la civilización moderna se acerca a ellos mediante otros recursos de la ciencia experimental, formal, racionalista, de base materialista. Los antiguos dieron más énfasis a conocimientos que estaban en relación con el desarrollo del ser, más que a los aspectos prácticos de la capacidad de tener, en cuyo campo permanecieron simples y con una tecnología naturalista. 
       Según el “manuscrito Voynich” –parcialmente traducido por Newbold-, Roger Bacon (1214 – 1294) habría visto en un espejo cóncavo especial, una estrella en forma de caracol que se encontraba entre el ombligo de la constelación de Pegaso, el busto de Andrómeda y la cabeza de Casiopea. Por este medio habría comprendido que la nebulosa de Andrómeda era una galaxia como la nuestra, muchos siglos antes de que existieran los gigantescos telescopios de hoy, con los cuales se observan las nebulosas lejanas (12). Papus (el Dr. Gerard Encausse) da una lista de varios tipos de “espejos negros” en su libro “Tratado Elemental de Magia Práctica”. Incluso da instrucciones de cómo construir algunos y de cómo usarlos correctamente para ver durante las ceremonias rituales de magia. Aún así, el secreto para ver en un “espejo negro” no está en el espejo en sí, sino en cierto entrenamiento, desarrollo y capacidad psíquica y mental, personal, de aquél que mira. 


UNA CADENA VIVIENTE DE HERMANDAD QUE VIENE DESDE LAS ESTRELLAS 

Hacia 1760, el benedictino Dom Pernety fundó en Aviñón una sociedad de masonería hermética, inspirada en las doctrinas de Swendenborg, bajo el nombre de Iluminados de Aviñón. Este rito francmasónico pasó de allí a Montpellier en 1779 bajo el nombre de Academia de los Verdaderos Masones que al poco tiempo se fusionó con las sociedades masónicas teosóficas del sur y del este, en la gran corriente de la Francmasonería Martinista. En 1783 el Marqués de Thon fundó también un Rito swendenborgiano en París. 
        Para comprender la diseminación de las experiencias, prácticas mágicas e ideas de Swendenborg sobre la vida extraterrestre en numerosas logias masónicas de Europa, y cómo muchos compartían sus puntos de vista y quizás tuvieron sus propias experiencias al respecto, citamos al Gran Maestre de la primera logia francmasónica de Londres, Jean Théophile Desaguliers, francés de origen, quien, en el libro que publicó en 1723 sobre la historia y las doctrinas de la francmasonería, profetiza sobre el próximo advenimiento de una sabiduría universal traída del exterior del mundo (13). 
El filósofo alemán Enmanuel Kant (1724 – 1804), que planteó el dilema empírico-racionalista y a quien se debe una nueva teoría objetiva de ética, proporciona informaciones sobre los habitantes de otros planetas. Kant afirma que estos habitantes son tanto más ricos en vida espiritual cuanto más se alejan del Sol. Sería interesante  saber de dónde obtenía Kant tales informaciones. Pero no olvidemos que Kant, contemporáneo de Swendenborg, impresionado por las cualidades de éste, dedicó, a la vida y al pensamiento del vidente, una pequeña obra titulada “Sueños de un Visionario, Explicados con Sueños de la Metafísica” (14). 
        Vimos, en la primera cita de este artículo, que el historiador de la francmasonería, George Oliver, en 1823 da un origen extraterrestre a la tradición masónica. Muchos años después, a fines del siglo pasado, esta idea vino a ser respaldada, en un sentido general, por  H.P. Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica. Basada en un antiguo y misterioso manuscrito oriental conocido como las “Estancias de Dzyan”, afirmaba que hace varios millones de años llegaron de Venus los Hijos del Fuego, los Señores de la Llama, quienes constituyeron la primera Jerarquía Oculta de la Tierra, alimentadora de los Adeptos y centro emanador de toda vida oculta. “Dzyan” es una palabra tibetana que quiere decir Sabiduría, Conocimiento Divino. Sobre este manuscrito, Blavatsky basa la primera parte de su monumental obra “La Doctrina Secreta” (15). Según este punto de vista cosmogónico, se deduciría que todas las tradiciones iniciáticas, incluida la masónica y la de la Sociedad Teosófica, tendrían sus raíces en este Centro Único, Conservador Perpetuo de la Llama Interior de la Sabiduría, de origen exterior, que se habría manifestado, siempre encendida, a través de los grandes ciclos de vida y muerte de continentes que se renuevan periódicamente, de acuerdo a las necesidades de evolución del planeta y las de maduración y cosecha de los distintos sembríos de las formas vivientes, incluida la humana, sobre ella. 


LA TIERRA REFULGENTE DE LA MASONERÍA 

Por otro lado, en concordancia con los puntos de vista de George Oliver y de H.P. Blavatsky, antes citados, C. W. Leadbeater, grado 33º, escribió lo siguiente en su libro “La vida oculta en la Masonería”: “Hace millares, quizá millones de años, que por orden del Rey espiritual del mundo se fundó la Masonería, y aún es una de las más poderosas armas en Sus manos y uno de los más eficientes canales de su bendición”. 
      Se sobrentiende que el Rey espiritual a que se refiere Leadbeater es al Jefe de aquellos a quienes se les nombra con los títulos de los “Hijos del Fuego”, “Los Señores de la Llama”, llegados de Venus, mencionados en la “Doctrina Secreta”. 
      Annie Besant y C. W. Leadbeater, discípulos de H.P.Blavatsky, en su libro “El Hombre ¿De Dónde y Cómo Vino? ¿Adónde Va?”, describen literariamente así la llegada de la Jerarquía Espiritual constituida por los hombres de Venus: 

“Con el estruendoso bramido de un torrente y envuelta en ígneas nubes que cubrían el firmamento de disparatadas lenguas de fuego, descendió entonces de inconcebibles alturas, relampagueando a través de los aéreos espacios, la carroza de los Hijos del Fuego de los Señores de la Llama, que venidos de Venus, posaron sobre la Isla Blanca, risueñamente tendida en el seno del Mar de Gobi” (…) Sanat Kumara advenía acompañado de sus discípulos los tres Kumaras y sus ayudantes, los treinta poderosos seres que (…) estaban revestidos de los gloriosos cuerpos que Ellos mismos habían formado por el poder de Kriyashakti. Ellos eran la Primera Jerarquía Oculta, alimentadora de los futuros Adeptos y centro de toda vida oculta. La morada de estos seres fue y es la imperecedera Tierra Sagrada en que sempiternamente brilla la Estrella refulgente, símbolo del monarca de la Tierra, el inmutable Polo en cuyo torno se enhebra de continuo la vida de nuestro planeta”. Según sostienen algunas hermandades espirituales poco conocidas a nivel del gran público, Sanat Kumara ha permanecido en nuestro planeta sosteniendo en secreto su desarrollo desde entonces. Apoyando así mismo la labor de los grandes maestros y conductores espirituales que han trabajado en público y secreto a través de las edades. Mítico o real, a título informativo, como toda la documentación que hemos ido presentando en el transcurso de esta exposición, transcribimos un aspecto del pensamiento de Sanat Kumara, tal como fue recibido y registrado por medio de un sistema vocal de naturaleza telepática en el Principal Retiro Exterior de la Hermandad de los Siete Rayos en los Andes peruanos: “Si supierais cuántos innúmeros mundos hay en el espacio –estrellas de gran majestad y belleza que aparecen como resplandecientes gemas en el terciopelo negro del Omniverso-, los millones de almas que están clamando, y sus voces resuenan como un repicar de paz hacia la Tierra. Si los hombres tuvieran conciencia de este amor y este afecto y este designio, los problemas de la Tierra no serían problemas en absoluto. Por consiguiente, es nuestro deber darles este mensaje que es un mensaje doble: un aviso para que se preparen para lo que ha de venir en las aguas y los vientos; y en segundo lugar, el mensaje de que hay seres que se preocupan, que obran como emisarios del Uno Infinito. Decidles que son amados, que serán guiados tal como piden ser guiados: “Pedid y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá”. Serán atrapados y llevados adonde las águilas se reúnen. No se los hallará en necesidad. Decidles que su Padre los ha oído. Su Padre está siempre lleno de gracia y de amor para con Sus hijos. Soy aquél cuya grandeza es como la más pequeña partícula de arena en la Tierra y es tan bajo como la cima de la más alta montaña” (16). 

         Es evidente que por encima del hombre existen otras nobles inteligencias que se expresan en distintas dimensiones del universo, en otros niveles de existencia. Así nos lo enseñó Jesucristo cuando dijo: “De cierto os digo: entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él” (Mateo, Cap. 11, Vers. 11).
      Nuestro propósito es abrir al lector una puerta hacia otra dimensión de comprensión, por la que pueda trasladarse, intuitivamente, hacia el sentido inefable de una experiencia expresada antigua y modernamente. Que pertenece al pasado, pero que es, a la vez, el futuro delante de nuestros ojos. Con lo dicho aquí, apenas hemos empezado a levantar el velo que cubre una realidad desconocida sobre la que hay que meditar, comprender. Y es que, para los efectos de lo que queremos comunicar, como dijo Shakespeare, “el pasado solamente es un prólogo”. Y todavía hay mucho que decir sobre este tema. 


NOTAS Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 

(1) Jacques Bergier: “Los Extraterrestres y la Historia”. Capítulo 6: Los Visitantes de la Edad Media. 
(2) H.P Lovecraft, precisando el sentido de sus narraciones, en una oportunidad  dijo: “Todos mis relatos, por muy distintos que sean entre sí, se basan en la idea central de que antaño nuestro mundo fue poblado por otras razas que, por practicar la magia negra, perdieron sus conquistas y fueron expulsados, pero viven aún en el exterior, dispuestas en todo momento a volver a apoderarse de la Tierra”. Como epígrafe de su relato titulado ”La Llamada de Cthulhu”, Lovecraft puso este párrafo de Algernon Blackwood, uno de los precursores de los mitos de Cthulhu: “Es concebible que tales Potencias o seres hayan sobrevivido desde una época infinitamente remota en que la conciencia se manifestaba quizá a través de cuerpos y formas que ya hace tiempo se retiraron ante la marea de la ascendiente humanidad, formas de las que sólo la poesía y la leyenda han conservado un fugaz recuerdo bajo el nombre de dioses, monstruos, seres míticos de toda clase y especie”. En: Howard Phillips Lovecraft y otros, “Los Mitos de Cthulhu” –Narraciones de horror cósmico. Selección, estudio preliminar, introducciones, bibliografía y notas de Rafael Llopis-. Sorprendentemente la opinión de Lovecraft es coincidente, ene líneas generales, con la opinión de Albert Einstein sobre los OVNIS: “Los platillos voladores existen, y el pueblo que los posee es un pueblo de seres humanos que partieron de la Tierra hace 20,000 años” (citado en, Henry Durrant, “OVNIS, Realidad o Ficción”). 
(3) John Weldon/Zola Levitt: “OVNIS, ¿qué está sucediendo en la Tierra?” 
(4) Wilson Van Dussen: “Las alucinaciones como el mundo de los espíritus” –Estudio comparado de los relatos de alucinaciones de pacientes con la descripción del mundo de los espíritus de E. Swendenborg-. 
(5) Anthony Martín: “Teoría y práctica de la proyección astral” –Una guía preliminar de las teorías sobre las experiencias fuera del cuerpo y de las técnicas para liberar el cuerpo astral-. Ver también: Sylvan Muldoon y Hereward Carrington, “La proyección del cuerpo astral”. 
(6) C. W. Leadbeater: “El plano astral y el plano mental”. 
(7) Serge Raynaud de la Ferriere: “El Libro Negro de la Francmasonería”. 
(8) No olvidemos que la astronomía y astrología tradicional consideraba la existencia de siete planetas:  Sol, Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. 
(9) Eliphas Levi: “La Clave de los Misterios”. 
(10)  Jacques Bergier: “Los Libros Condenados”. 
(11)  Garcilazo de la Vega: “Los Comentarios Reales de los Incas”, Libro Séptimo, capítulo I. 
(12)  Jacques Bergier: “Los Libros Condenados”. 
(13)  Jacques Bergier: “Los Extraterrestres y la Historia”. 
(14)  Jacques Bergier, Ob. Cit en el numeral anterior. Y Massimo Inardi, “Mente sin Fronteras”. 
(15)  H. P. Blavatsky: “La Doctrina Secreta”. 
(16)  Brother Philip: “El Secreto de los Andes”.



(Link: https://soyespiritual.com)


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