Función estructural y evolución estética de la columna.
En arquitectura, se le llama columna a un elemento vertical, alargado y cuya sección transversal es circular (a diferencia de los pilares). Su principal función es estructural, aunque también se construyen con fines decorativos. Una columna clásica está compuesta por: la Basa (porción inferior que se encuentra en contacto con el suelo y que sirve de soporte basal), Fuste (porción intermedia, de mayor extensión, que tiene forma cilíndrica), y Capitel (porción que corresponde a la parte superior, y que es la que recibe la carga del arquitrabe o arco que se apoya sobre este). Este elemento estructural, de alguna u otra manera, elevado para la preservación de la vida (salvo las formadas por desgate natural mediante efectos geológicos o climáticos), permite vencer al fenómeno gravitatorio.
A la espina dorsal (estructura fundamental de los seres vertebrados) se le llama también columna vertebral, puesto que sin ella, los seres vivos de orden superior no se podrían erguir, y sus órganos no podrían desarrollarse al estar expuestos a la presión de la atmósfera.
En la arquitectura Griega y Romana clásica, se distinguen tres patrones estéticos o tipos de orden arquitectónico, con los cuales se pretendía construir edificios con proporciones armoniosas. La columna es el elemento más reconocible, en el cual se distinguen claramente los tres órdenes arquitectónicos. Así se puede definir:
La columna Dórica, cuyo fuste relativamente corto y poco esbelto nace directamente desde el piso, y cuyo capitel circular y desnudo, está conformado por ábaco, equino y collarín conectados concéntricamente, sin ornamentos que lo encubran.
La columna Corintia posee una basa notoria conformada por una escocia y dos medios toros; El Fuste es relativamente largo y esbelto; y el Capitel está cubierto por un elegante adorno con forma de cesta rebosante de acantos, y cuatro volutas o espirales equidistantes.
La columna Jónica tiene un desarrollo intermedio entre las anteriores, caracterizada por tener una Basa notoriamente labrada, y un Capitel adornado pero sobrio, presentando solo las volutas que también se distinguen en el orden Corintio.
Las Columnas de la Belleza, la Fuerza y la Sabiduría.
Se suele llamar pilares o columnas a los fundamentos o ideas sobre las cuales se afirman los movimientos culturales, artísticos, filosóficos y religiosos de la sociedad, pero también se les llama así a los líderes, fundadores e impulsores de diversas ideologías. Así podemos encontrar a Montesquieu, Voltaire y Rousseau como columnas del Iluminismo; así mismo a San Jacobo, San Pedro y San Juan como columnas del Cristianismo primitivo, al ser los apóstoles que estuvieron siempre más cerca de Jesús, y cuyo legado ha sido más difundido (entendiendo que San Pablo es una columna elevada posteriormente).
En un templo Mas:. existen tres columnas simbólicas que corresponden a las tres luces que representan facultades del G.’.A.’.D.’.U.’., y del hombre como imagen de aquel: Belleza, fuerza y sabiduría. Estas facultades están a su vez personificadas en el S.’.V.’., el P.’.V.’. y el V.’.M.’. respectivamente.
Estas luces o facultades universales, en su estado puro, son sobrehumanas y absolutas. La belleza, por ejemplo, no correspondería a la que ostenta Helena de Troya, sino más bien a la belleza divina de Afrodita. Por su parte, la fuerza no se refiere precisamente a la bravura iracunda de Aquiles, sino más bien a la fuerza heroica de Heracles, hijo de Zeus. Del mismo modo, la sabiduría no es atribuible a la de los filósofos de Grecia ni a sus gobernantes, que ostentan gran conocimiento, sino más bien a la sabiduría original de la diosa Atenea.
La columna Corintia corresponde a la luz de la Belleza, la cual se propaga desde el sitial del S.’.V.’. quien representa la personalidad o el aspecto material del hombre. Su cualidad distintiva es la inteligencia o luz mental, con la que reúne a los Apr.’. con sus herramientas, iluminando su desarrollo vertical, de abajo hacia arriba (simbolizado por la plomada).
La columna Dórica corresponde a la luz de la fuerza, la cual se propaga desde el sitial del P.’.V.’. quien representa la síntesis entre materia y espíritu. Expresa la fuerza en acción y su característica predominante es el amor infinito u horizontal (simbolizado por el nivel).
La columna Jónica corresponde a la luz de la sabiduría, la cual se propaga desde el sitial del V.’.M.’. quien se ubica en oriente, en el lugar más alto del taller. Aquel hermano masón de indiscutible autoridad adquirida por su vasta experiencia y sabio juicio. Su imagen es la expresión de la voluntad espiritual.
Según la tradición Védica, del cuerpo sacrificado de Purusha (divinidad primigenia y omnipresente) fueron creadas las castas de hombres:
- La casta de los Brahmanas o sacerdotes, emanada de la boca de Purusha, estaría representada por el V.’.M.’. en la columna Jónica.
- La casta de los Chatrías o guerreros, emanada de sus brazos, estaría representada por el P.’.V.’. en la columna Dórica.
- La casta de los Vaishias o artesanos, emanada de sus muslos, estaría representada por el S.’.V.’. en la columna Corintia.
- Y la casta emanada de sus pies, la de los Shudrás o esclavos, se mantendría fuera del taller.
Sin embargo el carácter progresista y constructivo de la Mas:., permite e impulsa el ascenso desde la casta más inferior, tras la iniciación a la orden, siempre y cuando se cumpla con el requisito de ingreso que corresponde a ser libre y poseer la voluntad de convertirse en aprendiz.
El Yoga es una disciplina de la India que consiste en realizar la unión del alma individual con el alma universal o divina. Según esta disciplina, existen tres vehículos sublimes o nadis principales, por los cuales fluye el prana (soplo o energía vital) activando el Kundalini o la energía que se aposenta dormido en el muladhara o primer chakra.
Estos conductos astrales corresponden al Ida nadi (nadi lunar) que otorga el poder de las emociones en su estado puro, el amor, la compasión y la creatividad, y cuya contraparte física es el sistema nervioso parasimpático que actúa disminuyendo los niveles de estrés del organismo, generando un estado pasivo y receptivo. El Ida nadi estaría representado por la columna Corintia, desde la cual el S.’.V.’. dirige a los HH.’.AApr.’. preparándolos para el trabajo de Compañeros.
El Pingala nadi (nadi solar) otorga la energía o fuerza necesaria para superar los problemas mediante el esfuerzo, y cuya contraparte física es el sistema nervioso simpático que genera el aumento de la frecuencia cardiaca, la dilatación de los bronquios y la activación de las glándulas suprarrenales, para poner al organismo listo para la acción. El Pingala nadi estaría representado por la columna Dórica, desde la cual el P.’.V.’. dirige a los HH.’.CComp.’. preparándolos para el trabajo de maestros.
El Sushumna nadi cumple la función de regular la actividad del Ida y el Pingala. Calentado al primero y enfriando al segundo, para así conseguir un estado de equilibrio en el que la atención deja de pasar de un conducto al otro, de la tristeza a la euforia, de la hiperactividad al letargo, y permanece siempre en el centro. El Sushumna nadi estaría representado por la columna Jónica, desde la cual el V.’.M.’. abre los trabajos, y preside las tenidas.
La Columna Interior
Así como simbólicamente, las tres columnas del templo representan, la infinita sabiduría, la fuerza omnipotente y la belleza presente en cada rincón del universo; El ser humano, como imagen del gran arquitecto, debe procurar la elevación consiente de su propia columna individual. Esta columna sublime y de infinitas dimensiones contribuirá a sostener el Templo Universal de la Mas:., que se alza con el fin de cobijar a toda la humanidad. Por lo tanto, debe poseer una basa sólida y firme, sustentada en el conocimiento y el trabajo sobre sí mismo y de las leyes universales, en el respeto por la humanidad y en el deseo de participar de una sociedad libre y democrática.
El fuste de nuestra columna personal deberá ser labrado con la intención de elevar la columna hacia el infinito a través de las ideas y acciones concretas que nos permitan influir en el universo, cuyas leyes ya habrán sido esbozadas. Y el capitel, posicionado en la cima, deberá constituir el portal a través del cual se capta la esencia del Gran Arquitecto que inviste la columna, de la belleza, de la fuerza y de la sabiduría que debe resplandecer en el mundo. Nuestra columna interior debe ser tan firme que sea inmune al abatimiento por parte de espíritus malignos, e inmune a la desintegración por parte del propio abandono de la edificación personal.
El Cristo resucitado dijo a san Juan como parte de su mensaje a la iglesia de Filadelfia: “al que venza lo haré columna en el santuario de mi Dios, y nunca más saldrá fuera, y escribiré sobre él el nombre de mi Dios y el nombre de la Ciudad de mi Dios: la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.(Apocalipsis 3:12)
En este pasaje se menciona un santuario espiritual, del cual seremos parte al ser piedras elegidas, ya que Cristo indicó el camino a la ascensión del alma personal, el cual debemos seguir practicando el amor a Dios, a la Creación y especialmente a nosotros mismos como imágenes de Él. El llegar a ser parte de este santuario celestial, no es una coronación que nos ubique por sobre los demás, ya que no se trata de una conquista ni de un juego de poder, sino que corresponde más bien a una identificación con nuestra naturaleza sagrada.
Tras cada tenida, los HH:. Mas:. debemos considerar que la columna personal que edificamos, no se desmorone estando expuestos al mundo profano, procurando que la belleza del universo adorne nuestros corazones. Que la fuerza del universo nos asista en cada una de nuestras actividades, y que la sabiduría del universo nos ilumine a cada momento del día.
Estimado Q:.H:. Juan Eduardo, gracias por permitirme subir tu trabajo.
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