El Templo Mas:. suele ser una hermosa habitación a la vista de una persona con sentido artístico, como también de un H:.M:., pero a la vista de un profano es un lugar bastante extraño digno de un acabado estudio filosófico para poder entenderle.
Sea cual fuese la perspectiva con la cual ha de apreciarse la Gran Obra Universal, encontramos similitud en que siempre se utilizó un lugar especial para poder ejercer el contacto con lo sagrado. Los templos, a lo largo de la Historia, han cumplido la característica de unificación o trascendencia desde la cual el Adepto a la Ciencia Divina entra en estado meditativo y conexión con el Reino de la Verdad. Es así que, sea cual fuese la religión o secta, se ha hecho uso de un lugar que arquitectónicamente ha de plasmar la filosofía religiosa o iniciática sobre la cual se inspiran. Resulta increíble que pese a las diferencias de trasfondo interpretativo existan cualidades tan semejantes en la composición de los templos, lo que daría a entender que el vasto campo del inconsciente ha sido maniobrado por el inmanente potencial espiritual. Su edificación hace alusión a la etimología de la palabra “templo” en su acepción sánscrita tamas, que es ‘oscuridad’, del latín tenebrae “tinieblas”, significando ‘lugar oscuro’ u oculto, situándose escondido o alejado de los torbellinos profanos de la sociedad, a modo de lugar de ‘recogimiento’ alusivo a tranquilidad, silencio o ‘penumbras’ desde la visión de calma interior. Tal cual hemos de escarbar en nuestras profundidades para hallar la piedra escondida, en tal medida debemos abandonar la trivialidad del mundo profano para acercarnos a nuestro íntimo punto físico de adoración. Los encontramos en los campos, suburbios, en las afueras de las urbes o directamente “camuflados” en los centros de las ciudades.
El Templo Mas:. es la perfecta expresión de nuestras más elevadas aspiraciones éticas y morales, plasma concretamente las bases de nuestras doctrinas iniciáticas, espirituales, filosóficas e históricas. Es una hermosa habitación que retrata la Suprema Obra de Arte que es el Universo y la Creación en todas sus manifestaciones. Son muchas las perspectivas desde la cual podemos apreciarlo: es un puente a nivel físico en donde ejercemos nuestros rituales y ceremonias; es la revelación del Gran Secreto de la elevación y ejercicio metafísico de nuestras facultades heredadas a “imagen y semejanza” del G:.A:.; es la representación del Universo Maestro, de los ciclos universales y vitales a grandes escalas galácticas como también a niveles psicotrónicos individuales, es decir, es lo macro en estrecha relación con lo micro; y finalmente, es un simbolismo del Templo Interno y el Templo Universal, ya que al meditar, apartandonos del mundo para encontrarnos con nuestro verdadero Yo, viajamos a nuestro corazón en donde ha de revelarse el enlace entre ambas dimensiones.
Nuestro Templo es un cuadrilongo extendido de Oriente a Occidente, su anchura de Norte a Sur y su altura de Cenit a Nadir. El Occidente son las tinieblas del mundo fenoménico, nuestro camino de realización es hacia Oriente, el Santuario de la Luz en donde reside el conocimiento Sagrado y la mimetización electromagnética con la sabiduría experiencial de la Verdad. En el templo se extiende la actividad del Principio Constructivo: ahí nos encontramos con las herramientas que nos servirán para llevar a cabo los objetivos de nuestra institución, pese a ello, resulta importante destacar que los diversos instrumentos que en él se hallan, son una representación simbólica de las potencialidades que en nuestro fuero interno poseemos.
En nuestro Templo habitan las expresiones de los tres movimientos o dimensiones dinámicas de la Tierra: rotación de Oriente a Occidente, de revolución Norte y Sur, de precesión Cenit-Nadir. Estas dimensiones del Templo, tanto el Norte, el Cenit y el Oriente, indican el Mundo Divino de los Principios o dominio de lo que trasciende; por su lado el Sur, el Occidente y el Nadir, son la realidad manifiesta o mundo fenoménico. A su vez, el costado Norte es el Plano Astral, Oriente Plano Etérico, Sur Plano Mental, Occidente Plano Físico.
La evolución universal de los grandes ciclos cósmicos está revelada físicamente en la arquitectura del templo, en este último emana la irradiación de los cuerpos celestes visto en las 12 casas zodiacales, repartidas en 12 columnas - de tipo jónico, dórico, corintio y compuestas - que sostienen la bóveda celeste de nuestro sistema solar; esto nos lleva en una máquina del tiempo a las más antiguas prácticas tradicionales iniciáticas y esotéricas de la civilización humana, de las cuales la Mas:. es fiel heredera. Los procesos internos y externos están constantemente regidos por las fuerzas de los magnetismos zodiacales, muchos secretos pueden descifrarse desde sus posiciones. La disposición boreal de los seis primeros signos ascendentes (Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo), vendría a determinar el correcto uso del sendero, es la cálida apreciación de que estamos bien encaminados en el recorrido. El camino de retorno está simbolizado por los seis restantes (Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis), signos descendentes que representan la vuelta a la realidad profana, dotados ahora de una antorcha de Luz que debemos maniobrar para apartar la falsa voz de la ilusión.
En su centro las tres columnas: la Sabiduría con el don de la Omnisciencia, la Fuerza con el de la Omnipotencia y la Belleza con la Omnipresencia del Gran Arquitecto, están regidas por el VM:., PV:. Y SV:. respectivamente. ‘Que la Sabiduría presida la construcción de nuestro Templo, que la Fuerza lo sostenga y que su Belleza lo adorne’, son los Principios de Verdad, Actividad, Amor o Armonía. El Primer Gran Principio representado en el Delta luminoso por encima del VM:. es la Suprema Realidad que existe tras todos los velos de la Ilusión, es el trinomio vedánico Sat-Chit-Ananda como el sentimiento de Existencia-Permanencia, Inteligencia-Conciencia y Gozo Divino-Dicha Eterna.
El templo Mas:. está hecho a semejanza del Templo del Rey Salomón, tercer y último monarca del reino unido de Israel. Posee dos columnas, B:. y J:., emblema de los dos principios y de los pares de opuestos que dominan el mundo visible. La actividad permanente de estos dos principios aparece reflejada en el pavimento de mosaicos emplazado bajo la bóveda celeste. Sus cuadros de color blanco y negro se extienden de forma cuadrilonga y rectangular, son la representación de todos los pares de opuestos existentes: la dualidad entre el día-noche, oscuridad-luz, sueño-vigilia, caliente-frío, felicidad-melancolía, riqueza-pobreza, fidelidad-traición (no es casualidad que en nuestro Templo exista una sección de cuadros más pequeños frente al Ara, esto significa que ante el Juramento u otras solemnidades, uno pisa o transita por un plano de causas superiores en donde la Unidad está por sobre la dualidad). Es así que el Ara o Altar - etimológicamente ‘altura’ o ‘elevación’ - se levanta por sobre el espejismo dualístico como símbolo de la trascendencia suprema ubicada en dirección a Oriente. Sobre su superficie ha de hallarse un libro en blanco o la constitución del país, la Biblia u otro texto sagrado; una vez abiertos los trabajos se forma la Escuadra y el Compás sobre la superficie de éste como el sello supremo de la Mas:., variando su posición esotérica según el Grado de la Tenida. La estrella de David se haya en algunos templos, esta desciende de la bóveda hacia el Altar como una sabiduría destinada a iluminar el camino de los hombres. El Sol y la Luna son el RA – MA egipcios, las dos caras del espectro cósmico.
La bóveda celeste o cielo estrellado es el Infinito que Ilumina nuestro Plano Tierra, es el núcleo que une a todos los cuerpos celestes habidos y por haber. Su utilización simbólica, ya sea arquitectónica o al aire libre, ha sido utilizada por la gran mayoría de las sectas religiosas e iniciáticas, los Druidas por ejemplo, utilizaban la verdadera bóveda en campo abierto. Es el espacio en que cada punto es igualmente centro geométrico, origen y finalidad. Puede observarse también como la visión de nuestra mente, la cual debemos transmutar e iluminar con el Verdadero Saber y el arduo trabajo de devastación a la Piedra Bruta. La bóveda celeste (o el cielo de la noche) es un hermoso espectáculo que nos revela permanentemente la grandiosidad del G:.A:., residiendo en su contemplación y gramática el Gran Secreto de la Creación.
Por otro lado, la cadena de Unión es el enlace con todos nuestros hermanos a nivel cósmico, la cadena abierta es símbolo de que así están las puertas para un nuevo H:.M:.. Está ubicada por sobre las columnas zodiacales, esto significa que su poder va más allá de las diferencias, uniéndonos así en una Gran Familia Universal poseedora de un ideario de causalidad que nos recuerda constantemente de dónde emanan todas las cosas. Los asientos se distribuyen con Ap:. en el Norte, sentados en la sección menos iluminada por el Sol; Maestros y Comp:. en el Sur con la Luz del mediodía; VM:. en ejercicio, Supremo Consejo, visitas con altos rangos jerárquicos, SEC:. y OR:. en Oriente, sección que se eleva por sobre tres escalones que vendrían a evidenciar la elevación por medio de la abstracción y meditación en las regiones superiores del pensamiento, de donde aparecen con claridad los Principios originarios que constituyen la Esencia Eterna de las cosas sensibles. La carencia de ventanas del templo significa que éste debe iluminarse netamente de Luz Interior y no de partículas externas.
El templo Mas:. es una escuela de divinización, proclama el sendero a seguir para la fusión entre la propia individualidad con la Causa Primera. Nunca olvidar que no es sólo un lugar alegórico, es un Santuario en donde hemos de llevar a la práctica nuestras íntimas doctrinas de estudio, siendo así un recinto que alimenta el progreso y avance en este camino hacia la Fuente. Se encuentran en sí mismo, además, los siete principios Herméticos de Hermes Trismegisto: Mentalismo, no posee representación física, es el Todo manifiesto en el funcionamiento de la Log:.; Correspondencia como el Sello de Salomón compuesto por dos triángulos equiláteros invertidos y entrelazados, comunicante entre el hombre y la divinidad; Vibración es la apertura y cierre de los trabajos; Polaridad en el mosaico, sobre la apariencia de realidad surge la elevación a lo supremo; Ritmo en el Delta de Oriente, la ley pendular y oscilación entre dos puntos; Causa y Efecto es la cadena y Generación vendría a ser las dos columnas, principio femenino y masculino.
A modo de conclusión, deseo advertir que el Templo, al igual que los símbolos o imágenes Mas:., debe contemplarse meditativamente con la observación y análisis propias del Gr:. de Ap:. para poder comprender los Conocimientos que ahí se ocultan. Éste es un lugar de trabajo, adoración y rejuvenecimiento, nosotros hemos sido dotados de una especial iniciación y tenemos el deber de proseguir el privilegiado legado de Constructores Universales, sin olvidar la permanente misión que se nos ha encomendado.
Fraternalmente, Demian Lucano.
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